En un mundo tan competitivo, volátil y complejo las empresas familiares necesitan más que nunca de sus colaboradores, familiares y amigos. Pero, las fuerzas del mundo han impactado a nuestros colaboradores, familiares y amigos, llevándolos a sentir temor y comprometer su capacidad.
Muchas empresas familiares se han enfocado en construir culturas de alto desempeño. Pero la ironía es que construir culturas basadas en el "alto desempeño" no es la mejor manera de lograr resultados sostenibles. En cambio, una cultura basada en el crecimiento personal y familiar, es mucho más sostenible, eficiente y real.
Una cultura es una simple colección de creencias, mitos y realidades, sobre los cuales las familias y los individuos basan y estructuran sus comportamientos.
Según Peter Senge - Las organizaciones y las empresas familiares por lo general se enfocan en construir culturas organizacionales basadas en el conocimiento técnico y en la experiencia. Algo que se debe complementar con una cultura organizacional basada en el crecimiento que permita entender como las personas o individuos se comportan en su ambiente de trabajo. Hay personas buenas en lo técnico y con mucha experiencia, pero eso no significa que estén listas para liderar. Pues en ese campo simplemente son incompetentes como lo afirma el "Principio de Peter".
Cuando se consolida una cultura de crecimiento las personas o individuos desarrollan la capacidad de ver las oportunidades en donde nadie las ve. Esta cultura de crecimiento fomenta el entendimiento de las personas al detalle y de manera consistente.
Queremos saber que piensan? para donde van? que les gusta? porque les gusta? y para donde van?
"Cómo se sienten las personas, y cómo hacen sentir a otras personas, se vuelve tan importante como cuánto saben"
Las empresas basadas en la cultura del crecimiento mezclan la productividad o el resultado final con el objetivos personales, y lo evalúan todo el tiempo. Hacen que las personas crezcan por medio de la mezcla perfecta entre el desafío y el apoyo, para superar la resistencia al cambio ejercitándola día a día.
Los miembros activos de las empresa deben estar dispuestos a dar a conocer sus puntos fuertes y dolores. Debe prevalecer la confianza y la sinceridad.
En general, una cultura de crecimiento hace que los miembros de la empresa traten sus errores como oportunidades para aprender y mejorar individual y colectivamente.
Intuitivamente nos inclinamos por esconder, racionalizar, minimizar, cubrir o negar nuestras debilidades y errores, todo porque aceptar las debilidades nos hacer creer que somos vulnerables, que estamos en riesgo o que que no vamos lograr u obtener lo que buscamos. Temores que limitan nuestro crecimiento y perspectiva.
Lo anterior, en un mundo complejo y en constante evolución no puede ser!
El mundo necesita gente valiente y paciente capaz de aprender y mejorar día a día.
Recuerdo las clases del curso de "Fundamentos de Consultoría de Empresa Familiar" con el Instituto Nexia en cabeza de Manuel Pavón Sáez y en especial el documento de Guillermo Salazar - "El Viaje del Héroe como herramienta literaria para la construcción de casos de empresas familiares" que cita textualmente a (Denison et al. y Rothstein, citado por Labaki et al., 2012) y dice lo siguiente:
"Las empresas familiares que fomentan una cultura de conexiones entre generaciones y una visión a largo plazo incluyen un sólido conjunto de valores familiares e historias que se transmiten a las próximas generaciones"