La deshumanización de las empresas aumenta cada día más debido a que al momento de estructurar sus estrategias de transformación digital lo ultimo que tienen en cuenta es la gestión del cambio y el proceso de adaptación.
Cada día es más complicado trabajar en equipo, debido a que a las personas se les dificulta mantener relaciones a largo plazo pues el mundo y la transformación digital se mueve muy rápidamente y cada vez se acelera más. Algo que se ve reflejado en aislamiento de las personas, los altos niveles de estrés, la alta rotación de personal y por supuesto en la rentabilidad de la empresa. Lo anterior, poco a poco nos aleja de la felicidad, del verdadero valor del ser humano y del cumplimiento de nuestros objetivos y sueños.
Formar parte de un circulo de confianza significa comunicarse activamente y trabajar colaborativamente con un grupo de personas con las que compartimos valores, creencias, propósitos y objetivos de crecimiento.
Día a día nuestra inteligencia y raciocinio nos da ideas, pero lo que es realmente importante y nos ayudará a crecer mejor y escalar la empresa, es la capacidad de cooperar, comunicarnos y tomar decisiones para ejecutar esas ideas, medir su impacto y hacerlo nuevamente. Cuando esto se logra el resultado se de reflejado en las ventas, en la experiencia del cliente y en la cantidad de ideas en ejecución que hacen que florezca la innovación.
Siempre hay algo que mejorar y para poder saber que mejorar debemos entender muy bien a las personas que interactúan en los procesos (clientes, vendedores, tomadores de decisión, proveedores, entre otros).
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Grandes, medianas y pequeñas compañías han implementado e incluso construido sistemas o herramientas tecnológicas que obligan a las personas a trabajar en entornos cerrados, oscuros, aislados y solitarios. Y por lo tanto, lo que menos les preocupa es ayudar a los demás, simplemente quieren hacer su trabajo lo más rápido posible e irse para la casa. Además, trabajar como máquinas no incentiva la innovación y hace que el progreso se vuelva lento, repetitivo, monótono y aburrido. Cuando esto ocurre, lo líderes piensan que lo más razonable es despedir empleados y desarrollar nuevos incentivos para hacer que la máquina trabaje más fuerte, sin afrontar el problema el raíz.
Con incentivos la máquina efectivamente trabajará más fuerte y aumentará el ritmo, pero la fricción entre las personas y el desarrollo de la operación será mayor y por lo tanto será más costoso moverla. Generalmente los líderes consideran que el problema está en las personas, pero es al contrario, las personas están bien, el problema es el entorno en el que están trabajando junto con la falta de motivación y capacitación para que se formen como mejoren personas no solo para hacer mejor el trabajo.
Somos seres sociales y es posible considerar que la confianza es el lubricante para reducir la fricción y crear condiciones adecuadas para el buen desempeño de las personas. El verdadero indicador del éxito de una organización es la capacidad que tienen las personas para trabajar unidas, conseguir los objetivos y hacer que la empresa se adapte y se transforme digitalmente.
La cultura, la confianza, el compromiso y la seguridad son sentimientos difíciles de medir y de lograr. Porque no es simplemente pedirle a alguien que confíe en su equipo o que tenga el compromiso de asumir responsabilidades, es hacer que estas personas se comuniquen entre si y se ayuden de manera proactiva para lograr los objetivos.
“Siempre hay algo que mejorar y para saber que mejorar debemos entender muy bien a las personas que interactúan en los procesos (clientes, vendedores, tomadores de decisión, proveedores, entre otros).”.
Crear un entorno adecuado es la tarea más retadora, debido a que el mundo se encuentra percibiendo un cambio radical gracias a transformación digital o revolución digital y el acceso a información en tiempo real gracias al internet. En la actualidad las personas viven en grupos pequeños con recursos limitados, con acceso al crédito de manera peligrosa y conexión a internet lo que les permite obtener información sobre cualquier tema, persona o producto en cuestión de segundos. Esto ha generado diferentes comportamientos que debemos entender. El ser humano ha aprendido a conocer cuales son sus principales “necesidades” y ha trabajar para consumirlas lo más rápido posible. El problema es que estamos produciendo en abundancia cada cosa que necesitamos o queremos y no sabemos manejar bien el comportamiento en abundancia y controlarnos para consumirla.
La abundancia puede ser destructiva no porque sea mala en si. Si no porque oculta el verdadero valor de las cosas. Entre más cosas tenemos menos las valoramos. Y en cuanto a las relaciones interpersonales sucede igual ya no las valoramos y todo lo hacemos de manera impersonal vía WhatsApp por salir de paso y para evitar el desplazamiento. La escala en la que somos capaces de operar hoy día es muy grande para manejarla. Pero es natural porque la escala cree distancia y los conceptos humanos o interpersonales pierdan su significado, pues se ven reemplazados por el día día, la necesidad de pagar lo que consumimos y la facilidad que brinda nuestra celular y el internet.
Un cliente es una abstracción de una persona que esperamos que compre lo que le ofrecemos. Tratamos de identificar lo que ese cliente quiere para que consuma más de lo que tenemos. Mientras lo hace mediremos los procesos y los optimizaremos para atenderlo más rápido utilizando tecnología para aumentar la fluidez y la centralizar las comunicaciones. En otras palabras, el ser humano o las personas son los que están detrás y al frente de la tecnología y la transformación digital. Finalmente, las usuarios finales o las personas simplemente se convierten en una métrica más del proceso. Entonces, la abundancia no es lo que tenemos que restringir, es la abstracción o la deshumanización de las empresas lo que debemos proteger y lo que realmente marcará la diferencia al momento de utilizar la transformación digital y escalar el negocio.
Lo malo es no ver al otro como una persona o ser humano sino verlos solo como: cliente, director, empleado, correo electrónico y presupuesto que deben ser registrado, creado y captado. El ser humano y las personas se han vuelto digitales y mientras seguimos día a día tratando de trabajar, de vivir, de ser productivos y de ser felices, nos olvidamos del verdadero valor de las personas y nos tratamos de manera impersonal y poco personalizada. Esta deshumanización puede llegar a ser destructiva para las organizaciones y para la economía.
“Simon Sinek” en su libro “Leaders Eat Last: Why Some Teams Pull Together and Others Don’t Eat Last” expone 5 reglas que los líderes deben seguir para evitar la deshumanización y construir un circulo fuerte de cultura, confianza, compromiso y seguridad.
A continuación explicamos cada una:
1. Sean realistas y mantengan a las personas unidas por medio de comunicaciones personalizadas.
Las interacciones reales entre seres humanos nos hacen sentir parte de las cosas y así mismo nos permiten desarrollar confianza, para generar exponer y ejecutar ideas.
El internet nos da la habilidad de encontrar y conectarnos con las personas más fácilmente. Además, permite tener lograr transacciones comerciales mucho más rápidas. Todo esto es positivo, pero no podemos simplificar la comunicación y las relaciones interpersonales que construimos. Así como el dinero no compra amor, el internet no puede comprar la confianza en las relaciones a largo plazo a menos que utilicemos el interne para promover contenidos de manera personalizada.
2. Obedecer el número “Dumbar” para que sea manejable
El profesor “Dumbar” establece que para mantener el sentido de camaradería y de trabajo en equipo, este debe tener máximo 150 personas. Ver video de su charla en TED “TEDxObserver – Robin Dunbar – Can the internet buy you more friends?” Este modelo ha sido aplicado por compañías con ventas de 3.2 billones de dólares por año con más de 10.000 empelados, las cuales organizaron su planta y oficinas en grupos de trabajo de 150 personas.
En grupos más grandes considera que no es posible mantener una jerarquía efectiva y crear un círculo fuerte de confianza y cooperación. En compañías pequeñas en donde es posible conocerlos a todos es más fácil hacer el trabajo para cuidar de ellos. Cuando el líder es capaz de conocer a cada empleado, el cuidado de cada uno de ellos se vuelve personal.
En compañías grandes, el único camino para un verdadero manejo a escala es empoderar la dirección. Los directores o gerentes deben volverse líderes y asumir la responsabilidad de cuidar de su equipo y trabajar colaborativamente.
3. Conocer a fondo el pensamiento de las personas que queremos ayudar y empoderar
Debemos invertir más tiempo y energía en las personas y entender cual es el propósito de cada uno de los colaboradores para poder sentirlo y entender como empoderarlo para crecer mejor.
“El líder debe entender y sentir a las personas, pero a la vez debe pensar en los números y fomentar el crecimiento sostenible”.
El sentimiento de ayuda mueve las personas y es por eso que las organizaciones que comunican el efecto que tiene su trabajo en las personas les permitie mantenerse mucho más fuerte su círculo de confianza.
4. Dar tiempo, escuchar, dialogar y reír con las personas no solo darles dinero.
El verdadero valor del dinero esta en la energía y el tiempo que las personas gastaron para obtenerlo. Lo que nuestro cerebro realmente valora es el comportamiento y el esfuerzo que otros hacen para protegernos mientras trabajamos junto con ellos.
“En las organizaciones no se puede comprar la lealtad de los empleados con salarios y bonos. Lo que produce el deseo de permanecer en una organización a pesar de que pueda ganar más dinero en otra parte, es sentir que los líderes de la empresa sacrifican su tiempo y energía para ayudarnos a crecer mejor personal y profesionalmente”
5. Paciencia - “La regla de 7 días y 7 años”
Para que una persona pertenezca a nuestro circulo de seguridad se necesita mucho tiempo y dedicación. A medida que pase el tiempo se generará una relación de confianza tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Lamentablemente vivimos en la época de la gratificación instantánea, en la cual somos impacientes debido a la rapidez que nos brinda la tecnología y la transformación digital.
Escrito por: Yuly Quevedo – Emprendedora, Ingeniera Mecánica de la Universidad de los Andes especialista en Gerencia de Mercadeo de la Universidad del Rosario. , Gerente Comercial de Electro Silvania, Asesora en Estructurando