La IA generativa prometió cambiarlo todo… y poco a poco lo está haciendo.
En 2025, la inteligencia artificial generativa llegó con bombos y platillos. Se prometió una revolución total en el marketing y el crecimiento, y aunque sí ha traído cambios importantes, los resultados nos están enseñando una lección clave: esto es un juego a largo plazo.
Las empresas que realmente están comprometidas con el crecimiento no están corriendo tras la última moda, sino enfocándose en lo esencial: simplificar, aportar valor y liberar a las personas para tareas de alto impacto.
No hay crecimiento sin estructura, ni estrategia sin ejecución. La clave está en combinar creatividad con escala, automatización con humanidad, y estrategia con prueba y error.
El 2025 no es el año para buscar atajos. Es el año para construir la base del éxito sostenible.
1. El verdadero ROI de la IA generativa tomará tiempo
Muchas organizaciones están cayendo en la trampa de medir la inteligencia artificial con la lógica de un anuncio de Google: “¿cuánto retorno me dio este mes?”. Esa ansiedad por ver resultados inmediatos lleva a decisiones reactivas: recortes de presupuesto, desilusión y caos.
La pregunta no es si la IA generativa sirve. La pregunta es: ¿para qué estás usándola?
Si no tienes una estrategia clara, alineada con tu modelo de negocio, vas a frustrarte. Por eso, antes de invertir más:
- Organízate.
- Elige casos de uso con sentido.
- Define una hoja de ruta balanceada entre impacto rápido y valor a largo plazo.
- Crea un efecto de reinversión: lo que aprendes, te da más recursos para seguir creciendo.
2. ¿Por dónde empezar? Prueba cosas simples
Aquí algunas formas accesibles y realistas de comenzar a experimentar:
- Usa versiones gratuitas o freemium: ChatGPT, Claude, Midjourney o DALL·E para entender capacidades sin gran inversión.
- Organiza talleres internos: Crea espacios seguros de prueba para empleados de distintas áreas.
- Crea un equipo de exploración: Incluye perfiles de marketing, TI, servicio y operaciones.
- Resuelve problemas pequeños: Correos, resúmenes, ideas de contenido, respuestas frecuentes.
- Haz un glosario interno: Establece un lenguaje común sobre IA.
- Analiza a tus competidores: ¿Qué están haciendo? ¿Qué puedes aprender?
- Define métricas simples: Tiempo ahorrado, calidad, satisfacción del usuario.
- Documenta todo: Fracasos, aprendizajes, sorpresas.
- Asiste a cursos o webinars: La formación constante es clave.
- Juega con prompts: Aprender a pedirle bien a la IA es una habilidad valiosa.
- Consulta expertos externos: Ahorra tiempo y errores.
- Crea un “sandbox” seguro: Experimenta sin riesgo con datos reales.
3. ¿Cómo cumplir con las nuevas expectativas de los clientes?
Vivimos en una era de sensibilidad extrema al precio. Todo está más caro. Y los consumidores están más dispuestos que nunca a probar marcas nuevas si les ofrecen mejor valor.
Marcas como Temu no están ganando solo por ser “low-cost”, sino por entender algo clave: el precio percibido es parte del valor.
Ya no basta con “ser bueno”. Hay que parecerlo… y ofrecerlo de manera tangible.
Los programas de lealtad están mutando: menos romanticismo de marca, más lógica de conveniencia. Puntos, cupones, descuentos dinámicos… pero sin complicarle la vida al cliente.
Menos regateo, más valor directo. Más compromiso, aunque haya menos fidelidad ciega.
4. El humano debe enfocarse en tareas de alto valor
La IA generativa puede hacer mucho… pero no todo. Automatiza tareas simples, te ayuda a responder más rápido, pero no reemplaza la intuición, el criterio ni la empatía.
Tu misión como organización no es reemplazar personas, sino reorganizar el trabajo para que las personas puedan enfocarse en lo importante:
- Crea contenidos de valor.
- Mejora la experiencia de servicio.
- Escucha mejor al cliente.
- Reasigna esfuerzos humanos hacia donde sí hacen la diferencia.
5. Reorganízate: estructura primero, IA después
Muchas empresas están haciendo movimientos cosméticos con la IA, cuando lo que necesitan es una reorganización de fondo:
- Redefinir la estrategia.
- Planificar su ejecución paso a paso.
- Eliminar ingresos defectuosos.
- Orientarse al cliente.
- Documentar procesos.
- Combinar competencias humanas con capacidades de máquina.
No hay IA que salve un negocio desorganizado.
6. Influencers y microinfluencers: el nuevo comité de compras
El 30% de los compradores B2B afirma que más de 10 personas fuera de su empresa influyen en sus decisiones de compra. Esto incluye expertos en comunidades, creadores de contenido, o personas que conocieron en eventos del sector.
Para las generaciones más jóvenes, las redes sociales son ahora uno de los canales clave de decisión de compra.
Ya no se trata solo de crear contenido corporativo, sino de activar una red de voces confiables que recomienden tu marca con autenticidad.
7. Compras grandes, pero en autoservicio digital
Los canales digitales ya no son solo para comprar productos baratos. Cada vez más decisiones de alto valor pasan por sitios web, WhatsApp o catálogos digitales.
Por eso, el rol del vendedor cambia: ya no es quien toma el pedido, sino quien guía la experiencia.
- Menos procesamiento de transacciones.
- Más generación de confianza y claridad para el cliente.
Reflexión final:
El 2025 no es para correr detrás de la IA como moda. Es para aprender a usarla con inteligencia. Las empresas que crezcan este año no serán las que tengan más herramientas, sino las que tengan más foco. No se trata de hacer más, sino de hacer mejor.
La estrategia sigue siendo humana. La IA es solo una de las herramientas del nuevo crecimiento.
